Recientemente hemos realizado la reforma de una vivienda perteneciente a una corrala edificada en el año 1850.
Pese a que no se han alcanzado completamente las exigencias del estándar EnerPHit, es decir, el estándar Passivhaus aplicado a las reformas y rehabilitaciones del edificio, sí se han seguido sus principios en la medida de lo posible, teniendo en cuenta la mejora del aislamiento térmico de paredes, suelos y techos; la sustitución de las actuales ventanas por unas nuevas de altas prestaciones; se han cuidado la hermeticidad y la continuidad del aislamiento térmico en toda la envolvente de la vivienda; y se ha colocado un sistema de ventilación mecánica con recuperación de calor.
En este post queremos mostraros cómo se ha ejecutado la instalación de ventilación en esta vivienda.
Se ha colocado un recuperador de calor de la marca Brink, más en concreto, el modelo Sky 150. Es el más pequeño de la gama, lo que venía muy bien en este caso debido a que se trata de una vivienda muy pequeña (45.6 m2 de superficie de referencia energética). Cuenta con certificación Passivhaus emitida por el Passivhaus Institut alemán, lo que, como técnicos responsables del buen funcionamiento posterior de este sistema, nos da la tranquilidad de saber que el sistema y, en concreto, el recuperador de calor funcionarán durante su vida útil tal y como se espera que lo haga, garantizando el rendimiento declarado.
Otra ventana de este modelo de recuperador de calor es que es muy estrecho, lo que permite ser colocado en este caso en el falso techo de la cocina. Esto exige que el falso techo de la cocina tenga al menos un espesor de unos 40 cm.
Desde la cocina se realiza la distribución al resto de la vivienda mediante conductos rectangulares bastante estrechos que discurren igualmente por el falso techo aunque, debido al pequeño espesor de estos conductos, basta con que los falsos techos cuenten con unos 10 cm de espesor, sólo, lo que permite que la altura de la vivienda no se vea muy afectada por la implementación de este sistema.
Hemos tenido especial cuidado de no colocar las bocas de impulsión de aire sobre zonas de estancia prolongada, tales como camas y sofás, para que las pequeñas corrientes de aire que se generan no molesten a los usuarios de la vivienda durante su día a día.
