En la reforma realizada sobre una vivienda perteneciente a una corrala edificada en el año 1850 también tuvimos en cuenta el aislamiento térmico.
En este caso, se optó por aislar suelos, paredes y techos, debido a que la mayor los pisos de alrededor se encuentran deshabitados desde hace bastantes años. Es por ello por lo que se decidió realizar una envolvente térmica continua no sólo en todo el perímetro de la vivienda, sino también en sus límites superior e inferior.
En el suelo se optó por unas placas de XPS con un valor de conductividad térmica de 0.034 W/mK y dos espesores diferentes: 5 cm y 2.5 cm. Esto permitió realizar diferentes combinaciones entre ellas para nivelar el suelo de un modo económico y ligero.
En el falso techo y en el trasdosado perimetral se optó por utilizar un panel semirrígido de lana de roca no hidrófilo- de 5 cm de espesor y 0.037 W/mK. En el falso techo se colocó un doble panel, alcanzando espesores de 10 cm. Pero en el trasdosado de la vivienda se optó por colocar un solo panel de 5 cm de espesor, con el objetivo de no penalizar más el ya pequeño tamaño de la vivienda (unos 45 m2 útiles) al ejecutar trasdosados de mayor espesor.