Es posible vivir en una casa de diseño e hiper confortable que cuide de ti, de tu familia y del planeta.

¿Por qué te interesaría a ti hacerte una casa Passivhaus si, además, son más caras?

Una vivienda Passivhaus busca conseguir el máximo ahorro energético considerando factores de diseño, soluciones constructivas y sistemas de instalaciones.

Eso te beneficia a la hora de pagar los recibos de suministros. Pero no es eso lo que más destacan nuestros clientes, si no el confort que sienten siempre en sus casas.

Que, si vuelves después del trabajo en invierno y la casa ha estado vacía todo el día y sin calefacción, entras y tienes unos 20º.

O que es verano y hay 35º a la sombra, pues tú estás dentro a unos 25º sin haber tirado de aire acondicionado. Aunque tampoco te la juegues. Si hay una ola de calor, algo de aire acondicionado necesitarás… por lo menos, nosotras te recomendamos que lo tengas, por lo del cambio climático, porque cada vez hará más calor…

Eso en cuanto a temperaturas. Pero otra cosa que se cuida es la ventilación, la limpieza, la calidad del aire. El aire del interior de la casa se está renovando constantemente.

Tú no notarás nada, pero sí dormirás mejor, se reducirán o desaparecerán las alergias y estarás enfermo menos veces.

Pero tienen algo malo.

Están tan aisladas acústicamente que, si tus hijos están jugando en el jardín y tienes todo cerrado, no les oyes y se te olvida que están ahí.

También se te olvida que tu vecino tiene un perro que ladra mucho. Sólo lo escucharás cuándo estés en el porche. Pero ahí no podemos hacer nada…

Eso sí, avisamos de que tendrás más visitas. En verano se te llenará la casa de gente y no será sólo por la piscina. Y en invierno las veladas de tarde se alargarán porque nadie quiere marcharse a sus frías casas.

Así que no solo pagas menos en suministros. Es que, aunque inviertas más en la construcción de tu casa, por la salud y calidad de vida que tienes, pronto sientes que lo has amortizado con creces.

El sobrecoste que haya podido suponer la construcción de tu casa se te olvida enseguida, gracias a la salud y calidad de vida de la que disfrutas.

Estas casas, además, son sostenibles.

Es decir, son sostenibles desde el punto de vista energético de verdad. Siempre y cuando cumplan estrictamente con el estándar Passivhaus.

Esto se debe a que se utilizan materiales aislantes y ventanas y puertas de altas prestaciones que consiguen ahorros en energía que multiplican en varias veces el consumo de energía que estos materiales y productos necesitaron para fabricarse.

También tienen una capa específica para evitar filtraciones de aire por donde no deben producirse, y sistemas de instalaciones que mejoran de tal modo la eficiencia que podríamos llegar a climatizar una casa entera con la bomba de calor con la que ahora estás calentando únicamente tu salón (y nos sobraría potencia).

Vamos, que tú y tu familia estáis más sanos y cómodos, y el planeta también.

Claro, claro. Entendemos que tu prioridad sea más tu familia que el planeta. Si nos sinceramos, tampoco pretendemos nosotras ser salvadoras del mundo y abanderarnos con el tema de la sostenibilidad.

Si nos hemos especializado en Passivhaus es porque, en su día, entendimos que diferenciarnos de otros arquitectos nos ayudaría a conseguir más clientes. Pero no por eso íbamos a hacer centrales nucleares.

Esto del Passivhaus encaja con nuestros valores, con nuestra manera de entender la construcción y la arquitectura, y vemos que proporciona calidad de vida a las personas, lo cual nos da satisfacción y aporta sentido a nuestra inversión de tiempo y esfuerzo.

Pero todavía hay algo que nos motiva más.

Hacer una casa Pasiva requiere, por lo general, mayor inversión económica, no siendo apta, por ello, para todo el mundo. Implica, por tanto, una fuerte capacidad de inversión. Y eso generalmente se traduce en una vivienda más grande y con más posibilidades de diseño.

Y diseñar es algo que nos gusta hacer.