La tecnología no frena y la construcción no se iba a quedar atrás. Hoy te traemos el futuro del sector: la construcción industrializada y sus ventajas respecto a la construcción tradicional.
En la actualidad, conocemos como construcción tradicional el proceso de construir una edificación ejecutándola completamente en obra sin realizar procesos previos de construcción en otra ubicación.
Sin embargo, la construcción industrializada se basa en realizar parte de la construcción en un taller situado en otro lugar. Una vez fabricados todos los elementos constructivos se trasladan a la obra y, por último, se efectúa el montaje de los distintos elementos en seco (sin utilización de agua como conglomerante) en la parcela correspondiente.
En RC arquitectura creemos que la industrialización es el siguiente paso que debemos dar en el sector de la construcción. Con los años ha avanzado en cuanto a los materiales a utilizar, las formas y las técnicas. Es por ello por lo que se prevé que en un futuro se utilicen estos sistemas de modo más masivo.
Ten en cuenta, que, a nivel visual, una vez finalizada una construcción siguiendo el proceso tradicional o industrializado, es muy probable que no se vean las diferencias.
¿Existen diferentes aspectos que diferencian ambos sistemas a parte del procedimiento de la construcción?
La diferencia más conocida por todos es el tiempo de ejecución de la edificación en obra. Los tiempos en la industrialización no están sometidos a imprevistos ya que con una buena planificación en fábrica se consiguen los plazos previstos de ejecución. El ahorro de tiempo está directamente relacionado con el ahorro de costes.
La construcción tradicional
La construcción tradicional es un proceso de construcción más tedioso y manual. Se basa en técnicas tradicionales generalmente unidas a piezas cerámicas como el ladrillo o la termoarcilla.
Dificulta el control de calidad de la obra ya que cada arquitecto trabaja con sus detalles constructivos. Esto hace que cada obra sea diferente. En los procesos industrializados los detalles constructivos son los mismos y el control es mucho más exhaustivo. Esto no implica que puedas tener una vivienda diseñada de un modo personal y a tu medida.
Trabajar en fábrica mejora la calidad del producto final garantizando una mejor precisión y cumpliendo los plazos de ejecución en obra.
La construcción industrializada
La construcción industrializada es más sostenible, pues reduce el consumo de agua, energía y materiales gracias a los procesos industrializados. Se genera menos residuos por lo que es un sistema más eficiente y tiene una repercusión menor en la huella de carbono.
En una obra tradicional no se suelen separar ni gestionar los residuos adecuadamente o, por lo menos, no con tanta precisión como en una fábrica donde hay unos protocolos más marcados y que se pueden cumplir con más rigidez y facilidad debido a los diferentes controles internos.
Además del ahorro de material por ser una construcción más sostenible, también se optimizarán los costes de la construcción. Asimismo, el hecho de que se generen menos residuos en obra facilitará que la limpieza y el orden en esta sea mejor.
Todo ventajas
Otro problema de la construcción tradicional son las emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero que provoca el transporte de todos los materiales y plantilla a obra. En el caso de la industrialización se evita tanto desplazamiento al estar todo centralizado. Esto hace que se puedan reducir y controlar de un modo exhaustivo el número de desplazamientos.
En la industrialización, al trabajar parte del proceso en taller hará que las condiciones meteorológicas no provoquen retrasos en partes del proceso de la construcción, ya que al no estar en la intemperie no repercutirá en el proceso de fabricación, haciendo que se reduzca la siniestralidad laboral.
En la construcción industrializada se puede trabajar con mayor facilidad temas como: la estanqueidad al aire y la resolución de puentes térmicos a través de la construcción detallada que se ejecuta previamente en taller, evitando sorpresas en obra.
Con relación al coste de la obra, las partidas del presupuesto que repercuten a la construcción industrializada serán de precio cerrado. Lo que podría variar es todo lo que no está dentro de los sistemas constructivos industrializados como puede ser la cimentación o los movimientos de tierra.
La seguridad en cuanto a las garantías de la construcción en ambos casos es buena, ya que por normativa se debe seguir un control en obra, aunque es lógico que en el caso de la industrialización, al llevar un control también en taller, se consigue una mayor garantía de calidad al pasar doble control. A mayor calidad, menor margen de error.
Una vez expuestas todas estas características se podría decir que las viviendas industrializadas están en tendencia y son el futuro en el sector de la construcción.
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